Retos de los gestores de tecnología hospitalaria

En cada hospital, los gestores de tecnología hospitalaria enfrentan retos que no siempre aparecen en los manuales, pero que marcan la diferencia en su día a día: una infraestructura que falla sin dejar rastro, mantenimientos que se retrasan porque “el Excel no dio para más”, equipos que desaparecen cuando más se necesitan, y auditorías que terminan en desvelos.
Estas historias no son ajenas ni aisladas. Al contrario: se repiten en diferentes instituciones, con rostros y matices distintos, pero con un punto en común: cada minuto que se pierde en resolverlos, es un minuto menos invertido en lo importante.
En esta nueva serie queremos compartir, semana a semana, esos retos que escuchamos de los gestores y cómo los están enfrentando. Porque creemos que contar estas experiencias es una forma de reconocer su trabajo, de visibilizar sus logros y de abrir conversaciones sobre lo que puede mejorar.
Cuando la infraestructura falla una y otra vez
No es solo el compresor que se detiene o la caída intermitente en el sistema de gases medicinales. Lo más difícil para un gestor suele ser dar explicaciones claras: ¿cuántas veces ocurrió? ¿qué impacto tuvo? ¿vale la pena invertir en un reemplazo?
Cuando no hay registros centralizados, todo se reduce a la memoria de quienes estuvieron ahí. Y en una reunión con la dirección, esa memoria rara vez alcanza para justificar decisiones de inversión.
Lo que hemos visto es que los gestores que logran convertir cada incidencia en un dato trazable no solo resuelven la falla, sino que lideran con argumentos. Pasan de “creemos que el compresor ya no da para más” a “aquí tiene el historial de fallas, las horas de inactividad y el costo acumulado”.
👉 Si quiere ver cómo los gestores convierten lo invisible en evidencia clara: Post de LinkedIn
Cuando Excel ya no alcanza
El Excel es un gran aliado… hasta que deja de serlo. Muchos gestores lo adoptan como solución rápida para organizar mantenimientos, pero tarde o temprano se convierte en un mar de celdas con versiones distintas, columnas perdidas y tareas que se retrasan sin que nadie lo note.
El resultado: preventivos que llegan tarde, equipos críticos que salen de operación justo cuando más se necesitan y horas invertidas en ordenar información que debería estar lista en segundos.
La diferencia que hemos visto es que los gestores que dejan atrás esa dependencia del Excel logran priorizar de forma automática, visualizar cargas de trabajo y ejecutar preventivos sin retrasos. No se trata de dejar de usar hojas de cálculo, sino de entender que, en cierto punto, ya no alcanzan para la magnitud del reto.
👉 Aquí le contamos cómo se pasa del Excel al control inteligente: Post de Facebook
Cuando un equipo tarda más en aparecer que en usarse
No es raro escuchar: “necesitamos una bomba de infusión, pero nadie sabe en qué piso está”. Y la escena se repite: enfermería la pide, biomédica la busca, y al final aparecen dos o tres después de media hora. Media hora que para el paciente es demasiado.
Los gestores saben que la disponibilidad real de un equipo no depende solo de que esté en inventario, sino de que pueda ser localizado y utilizado en segundos. Y ahí está la diferencia: entre seguir buscando a ciegas o contar con visibilidad inmediata.
Un ejemplo reciente: en un hospital nos contaron que antes tenían que comprar bombas adicionales “por si acaso”, porque las que tenían parecían desaparecer. Ahora descubrieron que lo que faltaba no eran equipos, sino visibilidad.
👉 Aquí compartimos cómo algunos gestores ya encuentran en segundos lo que otros buscan en horas: Publicación de LinkedIn
Cuando una auditoría se acerca
Para muchos, la semana previa a una auditoría significa noches en vela: recopilando reportes, cruzando información de diferentes áreas, llenando huecos con datos que deberían estar listos.
El costo no es solo el cansancio, sino la tensión que genera no saber si algo quedará incompleto. Y sin embargo, hemos visto otra cara de esta historia: gestores que llegan tranquilos porque tienen todo en un tablero consolidado. No se trata de hacer menos trabajo, sino de hacerlo con más control.
La diferencia entre el estrés y la tranquilidad suele estar en la forma en que se preparan: unos dependen de registros dispersos; otros confían en datos centralizados que ya están listos para mostrarse.
👉 En esta publicación hablamos de cómo lograr auditorías sin horas extras: Publicación Facebook
Estos cuatro escenarios resumen parte de la vida diaria de un gestor de tecnología hospitalaria. No son problemas aislados, son realidades compartidas que revelan la importancia de contar con procesos claros, datos confiables y visibilidad en cada paso.
Compartirlos no es solo reconocer los retos, sino también abrir la conversación sobre las soluciones que ya están transformando la manera en que se trabaja en los hospitales.
Porque cada minuto cuenta, y cada decisión tomada con claridad es un paso hacia una gestión más efectiva y humana.
Esta semana hemos conversado con equipos que se cansaron de perder tiempo buscando equipos. Hoy ya ven en segundos lo que antes les llevaba horas.
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